Descripción
El mundo está amargado no por un exceso de crítica sino por la ausencia de autocrítica». En este libro, Chesterton, consciente de la precariedad y de la mutabilidad de la posición del crítico, emprende la difícil tarea de juzgar las costumbres y manías de la época, intentando mirar, no desde otra época, ni desde otra generación. Buscará criterios más profundos que la perduración en el tiempo; indagará si existe un criterio de verdad, y para ello tratará de observar desde la perspectiva del hombre corriente, raro ejemplar que, no obstante, es el mismo en todas las épocas.
Su crítica de las sociedades hiper civilizadas, y por tanto, decadentes, conserva todo su vigor, más aún hoy, cuando la cultura occidental está mucho más pasada de vueltas que en su tiempo.
Con este trasfondo, Chesterton escribió sus reflexiones sobre su segundo viaje a los Estados Unidos, con sus recuerdos y anécdotas sobre la prohibición del alcohol, los cócteles, la clase media americana, la agresividad de la publicidad, el poder paraestatal de las grandes corporaciones financieras, el divorcio o la hipocresía victoriana.
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